Evaluando un año 2020 que paso tan velozmente como un abrir y cerrar de ojos, un año que podemos decir nos ha dejado muchas enseñanzas: el valor de la familia, el valor del alimento, el valor del trabajo, el valor de la unidad, el valor de la solidaridad y por sobre todo el valor de estar en común unión; darnos cuenta que solo la fe que se traduce en esperanza nos da la fuerza para levantarnos cada dia, esa fe que como productores conocemos perfectamente en cada zafra.
Salud y mis respetos para los médicos que incansablemente rindieron honra a su juramento hipocrático, muchos dieron su vida y los que aun siguen están luchando incansablemente junto con los enfermeros, limpiadores, guardias de los hospitales, clínicas, sanatorios y tantos lugares hoy preparados para atender a los hermanos que están pasando una dura prueba, una prueba que los aísla de los seres queridos, sus familias que quedan afuera sin poder verlos con plegarias a Dios Todopoderoso por tener una esperanza de vida poder verlos una vez mas. Tanto dolor, tanta tristeza en este año que se va, dejando mucho que aprender, mostrando a la luz el valor del ser humano, que entregando víveres en cestas básicas y ollas populares dieron fe que la “unión hace la fuerza” nuestro lema, cada gramo de trigo donado por los socios y amigos de la APS termino siendo pan, pireca, reviro, tortilla y tantas maravillas que salían de las manos benditas de los que cocinaban incasablemente asegurando que todos tenemos ese grano de solidaridad para con nuestro hermano, mis respetos a los que día a día entregaron el sudor de su frente para que a cada vecino cercano no le falte el pan de cada día.
Este virus COVID 19 nos dejó pensando que aprenderíamos a lidiar con la muerte tantos compatriotas que tuvieron que dejarnos, Sabemos que el dolor es como una costilla rota duele de día y de noche, nadie lo nota. El dolor se muda contigo a donde vayas, pero si trabajas en él; un día sana y sanando nos enseñara a disfrutar la vida esa vida que nos queda.
Terminamos un año de aprendizaje donde comprendimos que “No hay ciudad que no extraiga del campo su alimento” no hay tesoro más grande que el del campo y que la APS está para ayudarle a sus socios a cuidar, a trabajar con calidad, a ver las cosas que se tienen que atender con el gobierno (porque al gobierno mucho no le interesa las personas del campo) Y con la pandemia se pudo ver el gran valor del agricultor que seguimos trabajando de sol a sol confiados en un futuro donde sabemos que nuestro sacrificio será el fruto que alimentara al mundo. Esperanzados en un año 2021 sin saber que nos deparara pero con la fe puesta en Dios que traiga para nosotros tiempos mejores, con augurios de un nuevo año cargado de salud, prosperidad y mucho amor.
Eno Michels – Presidente de la APS