Numerosos productores de las comunidades Agrícola Paraguaya y Villa Alta, del Distrito de Katueté del Departamento de Canindeyú, fueron afectados en sus parcelas agrícolas por un incendio de gran magnitud en la jornada del domingo, como consecuencia de la caída de un cable suelto del tendido eléctrico de la red sobre rastrojos de siembra directa.
El titular de la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales del Paraguay (APS) Eno Michels, lamentó el siniestro que además del importante daño económico, deja un gran daño ecológico. “Principalmente la pérdida de un Sistema de siembra directa SSD con años de conservación de rastrojos, de abonos verdes en el suelo, de protección del suelo”, manifestó.
Agregó que con el fuerte viento y el calor elevado, el fuego avanzó rápidamente quemando muchos cultivos de siembra directa que todavía no estaban plantados, pero tenían rastrojos de años de preservación, incluso alcanzó un sistema de riego en un parcela donde la soja ya estaba plantada y germinada.
El Sr. Michels destacó que los productores de la región se unieron para tratar de controlar el voraz incendio, y que salieron con tractores, pulverizadores, tanques de agua, mangueras de alta presión, pero no pudieron evitar la propagación del fuego por lo que se quemó miles de hectáreas de rastrojos de siembra directa, incluso reservas naturales sobre cauces hídricos donde había animales silvestres.
Agregó que el fuego también amenazó la quema de varias casas y galpones con maquinarias, pero que pudieron salvar mediante la ayuda de la gente, ya que solamente se logró controlar el fuego cuando se calmó el viento, al final de la tarde.
“Acudieron los bomberos voluntarios de Katueté, de Nueva Esperanza, y toda la población se involucró. Por fortuna no arrojó víctimas fatales, pero sí hubo una gran pérdida económica y ecológica, son cerca de 30 los productores afectados por el incendio, algunos son de nuestro gremio”, señaló.
Si bien resulta difícil cuantificar las pérdidas económicas, se estima que fueron millonarias. “Parcelas ya desecadas, en algunas ya se había aplicado clorato de potasio, todo se perdió”, precisó el Sr. Michels.
Sostuvo que cuando llegue la lluvia se podrá hacer la siembra de la soja, pero si continúa la sequía por dos semanas más, la soja se va a resentir fuerte porque ya no tiene la protección del rastrojo.
El Presidente de la APS apela a la consciencia de la gente, a no realizar ningún tipo de fuego y quema, y pide a los productores que estén monitoreando constantemente sus cultivos, sobre todo donde haya tendido eléctrico, que verifique si no hay algún cable suelto, porque mientras no llegue la lluvia el riesgo de incendio seguirá todos los días. “A partir de las 10 de la mañana empieza el viento más fuerte y el calor es más intenso, son condiciones que predisponen un incendio. Además hay mucho humo contaminante en el ambiente, que proviene de varios focos de incendios del país, también de la quema del Pantanal de Matogrosso Brasil”, acotó.
“No arriesgarse a plantar la semilla en tierra seca, mientras no haya una buena lluvia”
Por otra parte el Sr. Michels precisó que el trabajo agrícola está en pausa, a la espera de lluvias especialmente en la región de Canindeyú, y aunque hubo chaparrones aislados en algunas zonas, con registro de 20 a 25 milímetros donde estarían sembrando la soja, en la gran mayoría de las zonas de producción continúan con la tierra seca, en cuyas condiciones no hay forma de sembrar, ya que las máquinas no tienen la capacidad de hacer una buena siembra con la tierra seca.
También recordó que sigue la lucha contra la propagación del COVID-19, por lo que recomendó a la gente que no descuide los protocolos sanitarios, como el lavado de manos, el uso de tapabocas, además de estar atentos a la eliminación de los criaderos de mosquitos, para evitar el dengue, porque ya estamos con las altas temperaturas y en caso de lluvias la proliferación del mosquito transmisor aumenta.
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